La política industrial reúne las grandes apuestas del gobierno Petro: ¿será ese el camino al cambio?
No es una de las reformas que tienen al país saltando de debate en debate. Se trata de una política del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo que aspira a apalancar la transformación productiva del país hacia una economía más sostenible, con mayor empleo y con mayor soberanía en varios asuntos en los que dependemos del exterior. Hablamos al respecto con la viceministra de Desarrollo Empresarial, María Fernanda Valdés.
Fecha: 2023-04-20
Por: JUAN DAVID LÓPEZ MORALES
Ilustración:
Laura Hernández
Fecha: 2023-04-20
La política industrial reúne las grandes apuestas del gobierno Petro: ¿será ese el camino al cambio?
No es una de las reformas que tienen al país saltando de debate en debate. Se trata de una política del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo que aspira a apalancar la transformación productiva del país hacia una economía más sostenible, con mayor empleo y con mayor soberanía en varios asuntos en los que dependemos del exterior. Hablamos al respecto con la viceministra de Desarrollo Empresarial, María Fernanda Valdés.
Por: JUAN DAVID LÓPEZ MORALES
Ilustración:
Laura Hernández
El impulso reformista del gobierno de Gustavo Petro ha abierto en el país discusiones aplazadas por décadas: el trabajo, la salud y la transición energética, por ejemplo. Una apuesta, que no es la excepción, conecta varias de esas discusiones. Se trata de una política que desde el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo busca poner sobre la mesa la reindustrialización del país. Pretende concretarse en dos meses como un documento Conpes y persigue cinco apuestas estratégicas.
En el formato de Twitter Space, en Mutante conversamos con la viceministra de Desarrollo Económico, María Fernanda Valdés sobre fomento del empleo, la transición energética, la soberanía para la producción de medicamentos y otros temas que no solo marcan el norte de este gobierno, sino del futuro económico y productivo del país.
Juan David: El nombre de la política de reindustrialización sugiere la recuperación de algo que se perdió. ¿Cómo llegamos como país hasta este punto y cuál es el diagnóstico del que parten en el Ministerio para formular esta política?
María Fernanda: El nombre surge de otro concepto que es la desindustrialización. En los últimos años en Colombia tuvimos un proceso que para muchos es una desindustrialización temprana o prematura. Una sola cifra nos puede mostrar de qué estoy hablando: en 1975, el 20,5 % de nuestro PIB estaba dedicado a la industria. En 2021 este valor llegó a 11,5 %, casi la mitad. A esto es que nos referimos con la desindustrialización. Pero esto es más que una cifra.
Para realizar esta política de reindustrialización estuvimos en todas las regiones del país conversando con empresarios, con gremios, con actores sociales. Y uno sí podía ver que la gente sentía esto, que empresas muy emblemáticas habían cerrado, que muchas empresas se estaban yendo. Entonces es más que una cifra, es también un sentimiento de la gente.
J: Palabras como industria e industrialización tienden a volverse lugares comunes. ¿A qué parte del sector económico nos referimos con estas palabras?
M: En Colombia la gente piensa que estamos hablando del sector industrial per se, pero una política industrial no solamente es con el sector industrial, también incluye el sector de servicios. A lo que se refiere es a un sistema de transformación de la producción. Aquí en Colombia se ha usado más el término desarrollo productivo, pero esto hace parte de la política industrial moderna: que incluye a todos los sectores de la economía, no solamente al sector industrial.
J: ¿Y por eso incluso las economías populares están incluidas?
M: Exactamente, por eso hacen parte de esta política, porque tienen un proceso productivo.
J: La ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, ha dicho que su reforma laboral no es de fomento, sino de dignificación, y eso nos hace mirar de nuevo hacia la política de reindustrialización: ¿Cuál es la expectativa del Gobierno en generación de empleo y formalización con esta política?
M: Esta es una política liderada por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (Mincit), pero todos los ministerios van a participar. Se materializa en un documento Conpes que pensamos tener listo en dos meses, y ese Conpes lo que hace es precisamente asignarles responsabilidades a todos los ministerios. Mucha gente nos pregunta que si nosotros queremos hacer ese cambio de modelo productivo y transitar de una economía extractivista a una economía más productiva y sostenible, si nosotros queremos dejar el petróleo y el carbón, ¿qué nos vamos a poner a hacer? La política de reindustrialización nos dice cuál es la línea, qué es lo que deberíamos hacer para poder salir del petróleo.
No quisiera meterme en los detalles de la reforma laboral, pero esta política [de reindustrialización] da también una solución, porque el fomento de empleo se hace por este lado.
J: ¿Cómo reindustrializar podría generar más empleo? Suena obvio, pero estamos hablando de una transformación productiva intensiva en conocimiento y eso muchas veces ha significado pérdidas de puestos de trabajo. ¿Cómo funciona, por lo menos en la teoría?
M: El modelo económico que tenemos, dependiente del petróleo y del carbón, no genera mucho empleo. Estructuralmente, un modelo extractivista no genera mucho empleo y ese es parte de nuestro problema. Entonces cuando hacemos esa transición hacia un modelo que produce otras cosas, que diversifica su oferta, que exporta otras cosas, automáticamente estamos hablando de un modelo que genera más empleo. Por eso, esta política genera empleo porque cambia su matriz productiva.
J: La política contempla cinco apuestas estratégicas. Comencemos a hablar de la tercera, que es la reindustrialización del sector salud, porque en las últimas semanas hemos venido hablando del desabastecimiento de medicamentos. ¿A qué le apuesta en reindustrialización en el sector salud?
M: Como la política de reindustrialización nos quiere sacar del petróleo, la pregunta es: ¿Qué vamos a hacer? ¿Qué vamos a exportar? ¿De dónde vamos a sacar divisas? ¿Dónde vamos a generar empleo? Como cualquier política industrial moderna, hace unas apuestas para dedicarnos a ciertas cosas donde creemos que tenemos un gran potencial como país. Y como tú decías, la tercera de esas apuestas es por la reindustrialización de la salud.
Posiblemente en ningún otro sector quede tan bien el término de reindustrialización que para el sector salud, porque todos en el sector saben que en Colombia en algún momento produjimos nuestras propias vacunas. Tuvimos mucha más industria hace 20 años. Teníamos más de 20 multinacionales en el sector salud y de un momento a otro en los últimos 20 años se fueron y quedaron como tres o cuatro. Si todas esas industrias se fueron. ¿Entonces qué hacemos ahí? Además, no es solamente por temas de potencial, sino que creemos que es necesario. La pandemia nos enseñó precisamente que nosotros no podemos depender del resto del mundo y lo estamos viviendo ahora.
Creemos que en esta apuesta podemos empezar a producir principios activos. Nosotros deberíamos empezar a producir más medicamentos, vacunas, dispositivos y partes médicas, medicinas genéricas, servicios. Tenemos un gran potencial en servicios, en telemedicina, en servicios médicos de exportación, y quisiéramos enfatizarlo.
J: La primera de esas cinco apuestas estratégicas es por la transición energética. Para países como China o India, su proceso de industrialización ha significado ser altamente contaminantes. ¿Es posible reindustrializarnos y al mismo tiempo descarbonizarnos? ¿Cuál es la apuesta en este caso?
M: Esa apuesta nace de reconocer que nosotros tenemos una enorme potencialidad en la transición energética para atraer inversiones en energía más limpia. Desde un punto de vista de reindustrialización, tener energía más limpia no es solamente cambiar de producir petróleo a producir hidrógeno verde. No es eso. Es que la transición energética implica una gran industria alrededor que nosotros quisiéramos jalonar. Aquí estamos hablando de una industria de componentes, de maquinaria, de herramientas que las empresas de transición energética puedan utilizar y que sean producidas aquí en Colombia con miras, por ejemplo, a fabricar nosotros nuestros propios paneles solares, nuestros propios electrolizadores…
Esta industrialización debería estar apalancada en esta energía alternativa. Esta es una ventaja que nosotros tenemos frente al resto del mundo. En este momento nuestra matriz de energía eléctrica es 70% limpia. Otros países de la región, como México, tienen 15%, Europa también tiene muy poco. Entonces, cuando una empresa se viene a instalar aquí para para producir ya todo lo que está produciendo tiene más bajas emisiones que estos mismos productos hechos en el resto del mundo.
J: Cuando se habla de transición energética o de la industria de la salud, aparece siempre el concepto de transferencia tecnológica. Producimos muchas cosas, pero dependemos de la tecnología que se hace en otros países. ¿Hacia allá también apunta esta política de reindustrialización?
M: Exactamente. Pensamos que la reindustrialización se hace con inversión nacional, pero también internacional. Y esa inversión extranjera directa debería estar asociada a transferencia tecnológica. Ahora, no solamente vemos la necesidad de hacer transferencia tecnológica, sino también de crear tecnología nacional, que es más difícil, pero también es parte de la política de reindustrialización. Y para eso me gustaría hablarte de la importancia de la transferencia tecnológica en los acuerdos comerciales. En este momento es muy difícil pedirle a una empresa internacional que haga esa transferencia. Por eso se necesita una visión diferente de los tratados internacionales, que la estamos trabajando también en esta política: una política nueva de atracción de inversiones y una política nueva de comercio exterior. Para que esta transferencia tecnológica sea mucho más sencilla. En ese momento tenemos muchas limitaciones para poder exigir este tipo de transferencia tecnológica.
J: ¿Hablamos de renegociar tratados de libre comercio, por ejemplo?
M: No, para nada. En este gobierno no se habla de renegociar tratados de libre comercio. Lo que se habla es de revisarlos y ver donde hay falencias y cómo están funcionando dentro del marco legal que existe. Y cuando les hablo de transferencia tecnológica es empezar a pensar en todo el marco legal internacional: qué se puede hacer que esté permitido para lograr esta transferencia tecnológica.
J: La política tiene cinco apuestas y ya hablamos de dos de ellas. Cuéntenos a qué le apuntan las otras tres (agroindustrialización y soberanía alimentaria, reindustrialización para la defensa y la vida y territorios y su tejido empresarial).
M: Empecemos por la agroindustrialización. La guerra en Ucrania y todo lo que está pasando en el mundo nos ha mostrado que tenemos que avanzar hacia una soberanía alimentaria y producir al menos los productos que nosotros consumimos. Esto tiene que ver con la reforma agraria, que también está impulsando este gobierno.
La cuarta es muy interesante. De pronto con el nombre no se entiende muy bien, pero la voy a explicar. Se llama por la reindustrialización para la defensa y la vida. ¿Qué quiere decir? En Colombia, durante muchos años, el presupuesto mayor del gobierno nacional iba para el sector defensa. Ya no. Eso ha hecho que nuestra industria militar sea un sector muy intensivo en innovación, en tecnologías disruptivas, en capacidades humanas. Y todo eso se puede utilizar, ya no para la guerra, sino para la paz. Estamos hablando de varios sectores, por ejemplo el sector astillero. Creemos que podemos ser líderes mundiales en exportación de servicios de reparación a embarcaciones pequeñas y grandes, y también podemos construir proyectos de embarcaciones tanto militares como civiles. Y también implica el trabajo con el sector aeronáutico. En el mundo hay un déficit muy importante de producción de aeropartes. Es prácticamente el único mercado en el mundo donde hay más demanda que oferta.
La quinta la hemos llamado la apuesta por los territorios y su tejido empresarial. ¿A qué se refiere? Los territorios en Colombia también tienen sus apuestas productivas, que a veces no son tan sofisticadas como aeroespacial o como astilleros, pero ellos también tienen su tejido empresarial y sus apuestas y el gobierno nacional en una política de reindustrialización no puede ignorarlas. Y ahí es sobre todo donde entra mucho el tema de la economía popular.
J: Escuchándola, siento que esta política es una bisagra entre varias de las grandes apuestas del gobierno: la reforma laboral, la agraria, la de salud, el cambio de enfoque en Defensa… ¿Es así o eso sería tener demasiadas expectativas sobre los alcances de la política de reindustrialización?
M: Estoy completamente de acuerdo. Incluso, cuando lanzamos esta política a los otros ministerios, la acogida fue total. Teníamos miedo porque por ejemplo, nos metemos en el sector salud. Entonces decíamos bueno, qué tal que cuando lleguemos a presentarlo nos digan ‘con la salud no se meta, que es un tema mío’, o Agro, o Defensa dijera con lo militar y con este tema de esta industria no se meta. Pero fue todo lo contrario.
J: ¿Entonces, al final de este gobierno, podremos evaluar buena parte de su desempeño solo a partir de esta política de reindustrialización?
M: Hace parte de toda la apuesta. Este gobierno llegó proponiendo muchas cosas, entre ellas un mejoramiento a nivel social. Pero todo tiene que estar acompañado con creación de valor. Si no creamos valor, si no creamos riqueza, pues no vamos a tener con qué financiar todos los proyectos sociales que este gobierno quiere hacer. Entonces creo que hace parte del todo. Esto está desde el plan de gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez.