Eso que llaman amor es trabajo no pago
Silvia Federici, activista feminista y quien desde la década de los setenta impulsó campañas para reivindicar un salario justo para las miles mujeres que han asumido el trabajo doméstico sin ninguna retribución económica, aporta esta emblemática frase a la discusión sobre las labores de cuidado.
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