Tal vez tenga que susurrar

Este relato y su ilustración hace parte de la cuarta edición de Mujeres Imparables, un proyecto artístico transmedia de La Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres, que resalta los avances y barreras en en el acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) en Colombia. Puedes visitar la muestra completa del 20 al 25 de febrero en la sede norte de la Alianza Francesa en Bogotá, como parte de la conmemoración del tercer aniversario de la sentencia C-055 de 2022 que despenalizó el aborto en Colombia hasta la semana 24.

Fecha: 2025-02-21

Por: Lina Botero

Ilustración DANIELA GALLEGO

Tal vez tenga que susurrar

Este relato y su ilustración hace parte de la cuarta edición de Mujeres Imparables, un proyecto artístico transmedia de La Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres, que resalta los avances y barreras en en el acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) en Colombia. Puedes visitar la muestra completa del 20 al 25 de febrero en la sede norte de la Alianza Francesa en Bogotá, como parte de la conmemoración del tercer aniversario de la sentencia C-055 de 2022 que despenalizó el aborto en Colombia hasta la semana 24.

Fecha: 2025-02-21

Por: LINA BOTERO

Ilustración DANIELA GALLEGO

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Tal vez tenga que susurrar.
El cuerpo tendrá que pensar rápido. 
Dirán que no es mi cuerpo,
se harán cargo de mi cuerpo.
Dirán
¡se harán cargo de mi cuerpo, 
de los cuerpos!

Yo digo 
hoguera,
 segmentación,
un dedo apuntando mi cuerpo.
 yo digo.

Dirán que en nombre de Dios, 
que por la familia,
que el pan debajo del brazo, 
que habrá para repartir,
que todo estará bien.

Tal vez tenga que susurrar, 
decirle a mi hermana del medio, 
y a la mayor,
y alguna amiga, 
y no,
nunca no,
al muchacho de dieciocho 
y su líquido preseminal, 
que en enero,
yo 
ya
sabía.

Que le daba golpes a mi cuerpo 
como al tiempo,
para desaparecer
lo que 
yo
ya 
sabía
.

Y un dos de marzo,
 después de dos pruebas, 
de esconder los gestos 
de cubrir las manchas 
con un mantel,
tener la certeza de ese enero 
y con esa misma certeza,
no querer tenerlo.

Tal vez tenga que 
susurrar, que mi cuerpo 
tiene trece
que mi voz quiere hablar en alto. 
Que no quiero murmullos.
Que le amé,
sin saber lo que era un nombre
 ni el amor.
Que quisiera hablar como quien conversa, 
como quien no carga un pecado mortal.
Como quien dice hoy no quiero galletas, 
quiero mi vida.

Pero está la pregunta.
¿Qué    va    a 
pasar? Dice mi 
hermana, digo 
yo.
Está el miedo al futuro,
la conversación en la mesa familiar. 
Familia disfuncional,
como todas,
 como tantas.
La mesa cristiana,
el diálogo fundamentalista. 
La mesa, los cubiertos,
la comida que se hace rendir,
que apenas 
alcanza.
La alabanza.
La mesa lista para recibir el estruendo 
de la voz patriarcal.

¿Qué haremos con otra boca más?

Siempre un padre maltratador,
 siempre un hombre que abandona. 
No se lo cuentes a mamá:
Me hará verle nacer.

¿qué va a pasar?

La hermana que ve a su hermana llorar,
 la suma de culpas.
La hija,
¡las hijas!
que ven el futuro repetido. 
La multiplicación del futuro, 
de los panes,
de los juicios.

¿se lo contamos a mamá?

Tengo trece.
Mi cuerpo ni siquiera sabrá 
eso de hacer hijes.
Mi cuerpo dirá 
preeclampsia, 
dirá prematuro, 
dirá debilidad, 
dirá ansiedad.
Mi cuerpo ni siquiera sabrá 
eso de criar,
de lactancia.
Y tendrá que hacerlo
cuando mi cuerpo apenas crece, 
apenas madura,
apenas adolece, 
a
penas.

¿qué haremos con otra boca más?

El juicio, 
el dios, 
la 
mesa; 
otra 
boca 
más.
Tengo derecho a decir ¡me duele!
 A que mi sangre no sea estigma, 
a que mi cuerpo viva,
a pedir ayuda,
a que la familia del muchacho de dieciocho 
no toque a mi puerta.
A la C 0-55.
A la compañía de mi hermana, 
a no querer susurrar,
al consejo de una amiga, 
a que no sea un secreto.
Tengo derecho a no susurrar
Cuando me hago cargo de mi cuerpo, 
al cuidado
cuando me hago cargo de mi cuerpo. 
A no estar sola,
cuando me hago cargo de mi cuerpo. 
A la mirada atenta de una médica.
Tengo derecho a que marchen por mí, 
a las leyes,
al cuidado de un estado.
Tengo derecho a no tener culpa, 
a decidir,
a mirarme al espejo 
y decidir,
a no parir, 
a escoger,
a no parir,
a vivir una vida de trece.

A la pregunta
¿qué quieres ser cuando grande? 
a ser algo cuando grande.
Al amor.

Tengo derecho a no susurrar, 
a no sentirme culpable,
a 
no
sentirme 
culpable.

A que el cuerpo, 
Mi cuerpo,
sienta más despacio.

Este relato y su ilustración hace parte de la cuarta edición de Mujeres Imparables, un proyecto artístico transmedia de La Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres, que resalta los avances y barreras en en el acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) en Colombia. Puedes visitar la muestra completa del 20 al 25 de febrero en la sede norte de la Alianza Francesa en Bogotá, como parte de la conmemoración del tercer aniversario de la sentencia C-055 de 2022 que despenalizó el aborto en Colombia hasta la semana 24.

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