"Resistimos al poner una voz joven, creativa y muy propia de la calle frente a a la explotación sexual": Paola Velásquez

¿Cómo es ser parte del grupo de ciudadanos que lucha contra un mercado sexual ilegal dispuesto a comprar a los más jóvenes y vulnerables en una ciudad deslumbrada por el turismo y los dólares? Mutante conversó con siete ciudadanías comprometidas para que describieran las acciones que despliegan individual y colectivamente.

Consulta el especial periodístico completo haciendo click aquí.

Fecha: 2024-04-24

Por: Karen Parrado Beltrán

Foto: Maria Paulina Pérez | Diseño: Wil Huertas

"Resistimos al poner una voz joven, creativa y muy propia de la calle frente a a la explotación sexual": Paola Velásquez

¿Cómo es ser parte del grupo de ciudadanos que lucha contra un mercado sexual ilegal dispuesto a comprar a los más jóvenes y vulnerables en una ciudad deslumbrada por el turismo y los dólares? Mutante conversó con siete ciudadanías comprometidas para que describieran las acciones que despliegan individual y colectivamente.

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Fecha: 2024-04-24

Por: KAREN PARRADO BELTRÁN

Foto: Maria Paulina Pérez | Diseño: Wil Huertas

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Velásquez cuenta que el GIDI fue la puerta a un propósito mayor, algo a lo que se había estado acercando como un clavo a un imán. “Desde niña tenía la intención de ayudar al mundo, como un sentimiento muy altruista”, dice. 

El Grupo Intergeneracional de Investigación (GIDI),nació en el 2014, como una instancia académica de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Antioqua.  

Velásquez se vinculó en 2016, como estudiante y voluntaria. El grupo estaba “completamente dedicado a la comprensión de la explotación sexual en Medellín”  y buscaba llevar el tema más allá del edificio de la Facultad, para incidir a partir de la información que habían recolectado y analizando.

Paola Velásquez instantes antes de entrar a una reunión extraordinaria de la Mesa Intersectorial contra la Explotación Sexual de Niñas, Niños y Adolescentes (Escnna) de Medellín. “Porque una ciudad sin Escnna depende de ti, depende de mí, depende de todas y de todos”, insisten desde esta iniciativa de la sociedad civil. Foto: Maria Paulina Pérez (@laluzqueamo).

 Paola Velásquez es una investigadora en Salud Pública de 29 años en la Universidad de Antioquia.

Cuando llegó, “no sabía qué era explotación sexual. Eso era invisible en mi vida”, recuerda. Una vez adentro, una de sus grandes motivaciones fue encontrar una apuesta por hacer mejor el mundo de los niños y las niñas. Actualmente, esta administradora en salud hace parte del secretariado técnico de la Mesa Intersectorial contra la Escnna de Medellín. 

“Comprensión de la Explotación Sexual Comercial con Niños, Niñas y Adolescentes –ESCNNA- y de propuestas para su prevención y atención desde la perspectiva de un grupo de niños y niñas, Medellín, 2013-2016”, fue el trabajo que dio origen a un sin número de aportes documentales que han hecho desde entonces. Tan profundos, que actualmente son una gran fuente de comprensión para funcionarios públicos y Secretarías de la Alcaldía de Medellín que tiene en sus manos la responsabilidad de atender un problema cada día más crónico.

La documentación del GIDI sobre la explotación sexual ha logrado algo difícil pero necesario: poner las voces de adolescentes y jóvenes en primer plano. Es parte de un engranaje de resistencia ciudadana. Los aportes del GIDI han entregado metodología y evidencia suficiente para que, por ejemplo, la Mesa lazara una alerta reciente acerca del aumento sostenido de los casos en la última década. “Existe una tendencia al alza, con un pico en 2015”, señalaron en un informe que fue replicado por los medios de comunicación.

Velásquez piensa en algo que va más allá de la resistencia. “En la re-existencia”, dice. La mayoría de la veces, la respuesta de las autoridades y de la justicia será insuficiente para reparar a las niñas, niños y adolescentes víctimas de explotación sexual. Hacer un tipo de investigación que integre sus vivencias a una comprensión colectiva del problema es  “tener una re-existencia de sus vidas”. Una reparación integral, subraya Velásquez. “Y es nuestra corresponsabilidad como academia”.

Su resistencia se enfoca en la investigación participativa.