En Sardinata (Norte de Santander) las familias campesinas viven del cultivo de coca, única alternativa que han encontrado ante la escasez de vías y el bajo precio de los alimentos en el mercado. La coca llegó hace aproximadamente 12 años y durante los últimos tres se ha incrementado de manera exponencial, ubicándolo como el quinto municipio con más cultivos del país.

El Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos (PNIS) solo acogió a 302 familias en 2017, pero la gran mayoría que se quedaron por fuera solo han tenido como alternativa la erradicación.

En marzo de 2020 comenzaron los operativos de erradicación en el municipio, razón por la cual 100 personas instalaron un asentamiento campesino para evitar que el ejército se acercara a los cultivos. Allí fue asesinado Alejandro Carvajal, un campesino de 22 años, presuntamente por un soldado.

Actualmente las erradicaciones continúan, a pesar de que los campesinos aseguran que tienen la voluntad de sustituir.

Estas fotos retratan la vida campesina en Guayacanes, la vereda en la que vivió Alejandro, así como la historia de su familia quienes aún espera que haya justicia.